Mientras viajaba por el mundo conoció nuevas personas, y entendió la necesidad de empoderar a la gente para que pudieran crecer y vivir una vida feliz, saludable, con significado, y así contribuir a una mejor sociedad. Incluso desde muy joven, Shri Mataji ya había mostrado un profundo entendimiento de las complejidades de la naturaleza humana y de su potencial para superar cualquier reto. Para empoderar al ser humano, ella desarrolló una técnica de meditación basada en su conocimiento y entendimiento de la práctica de meditación que se había enseñado en la India por grandes meditadores, santos y ermitaños por miles de años.

Esta técnica la llamó “Meditación Sahaja Yoga”. Y estaba segura de que su técnica de meditación podría ayudar a millones de personas a superar sus retos personales y mejorar la sociedad, construyendo una mejor vida para ellos mismos y para el mundo que les rodea, para contribuir con la sociedad en la cual viven. Ella decidió que el conocimiento del Sahaja Yoga debería estar disponible para todas las personas sin importar su color, religión, idioma, cultura o creencias. Debería estar disponible para que todos pudieran acceder a ella y crecer. Con base en lo anterior creó una organización sin fines de lucro que es manejada completamente por voluntarios. Todos los instructores de la Meditación Sahaja Yoga son voluntarios y no cobran salarios. Desde el 5 de mayo de 1970 hasta el día de hoy, millones de personas en más de 110 países han aprendido y se han beneficiado de la práctica diaria de la meditación Sahaja Yoga.

Desde el comienzo ella estuvo se mantuvo firme en el hecho de que la Meditación Sahaja Yoga no se convirtiera en una compañía comercial orientada al lucro personal. Este conocimiento tenía que estar disponible gratuitamente para todos aquellos que quisieran aprenderlo. Para ella era la conexión de corazón a corazón entre los seres humanos y era lo que más le importaba. Se aprende gratuitamente y luego se enseña gratuitamente, por lo que el sistema se mantiene de generación en generación simplemente por medio de la generosidad que hay en su corazón. Ella creía que el poder del amor era la única cosa que podía tener un efecto transformador en el mundo. Para inculcar este amor para servir a la gente en las comunidades de todo el mundo, viajó incansablemente de ciudad en ciudad, de país en país hasta cubrir el mundo entero. Durante los últimos 40 años de su vida, siempre estuvo viajando cada dos semanas, visitando una nueva ciudad, un nuevo país, conociendo gente nueva, enseñándole sobre la meditación, gastando sus ahorros personales hasta el punto que tuvo que vender sus joyas personales para viajar a América. Shri Mataji murió el 23 de febrero de 2010, pero dejó un vasto conocimiento, un legado de servicio y un gran vínculo de amor no discriminatorio para que fuera seguido por el resto de la humanidad.